Trabajo silencioso en las escuelas (Revista Matices octubre 2011)

Desde el 2005 Fundación Ciencia, Comunicación y Arte es un espacio para escuchar, hacer y contener. Aquí, una de las tareas de las que más disfrutan y que impacta positivamente en las escuelas de nuestra zona: nutrir afectivamente y contener a los niños que asisten a nuestras escuelas públicas.

Ciencia, Comunicación y Arte nació como un espacio dispuesto a escuchar y a escuchar-nos con la técnica de talleres y jornadas abiertas para todos aquellos jóvenes y adultos osados y dispuestos a continuar un proyecto personal abriéndose a lo social. Y efectivamente, como todo lo personal adquiere verdadero sentido si mira su realidad, se presentaron varios desafíos para llevar a la acción.

Sin embargo, y tal vez por aquello de que es preciso, siempre, comenzar por la educación, surgió con mayor fuerza la problemática de las escuelas públicas de nuestra zona, donde las docentes encontraban un gran vacío en materia de contención. En esta apreciación rescatamos una frase que tiene que ver con la filosofía del grupo y que claramente expresa Mary Aznar: “Creemos en la educatividad como la gran herramienta del ambiente para modificar conductas, actitudes, formas y estilos de vida”.

EN LAS ESCUELAS

“Nos dimos cuenta de que muchos de los problemas en las escuelas venían de lo que hemos llamado la desnutrición emocional”, explica Silvia Spaccesi, una de las fundadoras de la propuesta. “Los problemas de aprendizaje que muchas escuelas tienen, responden a mucha soledad, a cierto abandono, incluso con derechos vulnerados, en cuanto a maltrato y los docentes, aún con la mejor voluntad, se encuentran sobrepasados. Aparece como necesidad la contención, de despertar en la criatura la respuesta porque alguien se interesa en él”.

Con estas inquietudes es que Ciencia, Comunicación y Arte se planteó como propio en el marco de Aprender a Escuchar-nos, el proyecto de Aulas sin violencia y dio comienzo este apoyo a las escuelas primarias de la zona Norte. Por la ausencia de gabinetes psicopedagógicos, estas escuelas reclamaban fuertemente el tratamiento y la atención de niños y padres que, transitando circunstancias difíciles de vida, manifestaban necesidades de comunicación. Así se inició una relación sólida en la comunidad educativa en donde padres, alumnos y docentes, respaldados por este grupo de personas dispuestas a colaborar, pusieron en marcha este espacio que hoy puede mostrar resultados excelentes.

LA IMPORTANCIA DE LA PREVENCIÓN

La idea de la Provincia de que el gabinete solo esté en las escuelas secundarias viene de una idea que no pone su foco en la prevención. Los problemas de conducta y aprendizaje se desarrollan mucho antes de la edad escolar de los que asisten al Nivel Medios, y es por esto que la Fundación trabaja con chicos desde los 5 años.

La escuela es uno de los ámbitos donde primero se ven los problemas de los chicos. Y como explica Carolina Buteler (*), en su trabajo de tesis, existe en la actualidad una redefinición de los vínculos entre escuela y familia. Es por eso que los gabinetes deberían actuar como mediadores para reconstituir esa relación ya que el niño se encuentra entre ambas instituciones, fundamentales para su crecimiento.

“Estamos trabajando en el antes porque todos trabajan sobre el problema. Se trabaja la violencia judicializada, los jueces deciden qué pasa con ese niño. Lo que tratamos de hacer es prevenir el hecho para que no llegue nunca a ser judicializado porque consideramos que la educación es la herramienta más útil o la única, educación entendida con todo lo que implica, no sólo trasmitir contenidos, sino contener, llevar al otro al desarrollo de sus aptitudes dentro de lo más positivo que pueda tener cada persona” explican Mary Aznar y Silvia Spaccesi. Y se explayan: “La escuela detecta los problemas y es el momento de prevenir, porque cuando pasó el tiempo no es lo mismo en edades avanzadas. Lo ideal es entre los 5 y 6 años. Tenemos fe en la educación tomada como acto no sólo de trasmisión, sino sacando desde adentro lo mejor que la gente tiene. Todo depende del ambiente en que nos desarrollemos”.

Ante esta situación y más allá del apoyo que esta institución viene brindando desinteresadamente, las involucradas en el proyecto proponen la implementación de gabinetes itinerantes que podrían abordar la realidad que a diario se presenta. Y la autoridad para sostener esta propuesta se las da la experiencia de convivir con las problemáticas.

Claramente, la responsabilidad le cabe a la Provincia a través del Ministerio de Educación. Más de una inspectora podría afirmar esta premisa, ya que han sido testigos junto a las docentes de estas escuelas, de la experiencia llevada a cabo por este grupo.

Sería importante que el gobierno recientemente elegido contemplara esta situación y se disponga a atenderla, ya que la educación es uno de los grandes temas que nuestra sociedad debate y su planteo desde lo público o privado pone en evidencia el perfil ideológico de los funcionarios electos. Que sólo con medidas concretas expresan sus convicciones y su modo de pensar la educación. Al respecto, quedó dando vueltas la frase de una de estas mujeres comprometidas que expresó con claridad: “Los funcionarios – al menos los responsables del Ministerio de Educación - deberían mandar a sus hijos a las escuelas públicas”. Esto sería todo un gesto de confianza, ya que no alcanza con la construcción de edificios destinados a escuelas, sino que se plantea imprescindible hacer posible y facilitar la labor de las docentes en el aula. Al menos en Brasil, la medida ha comenzado a ser implementada en varios estados y ha servido para el mejoramiento del área. A esto, Spacessi agrega: “El presupuesto educativo de este país sólo tuvo el 7 % recomendado por la UNESCO durante la presidencia de Illia. En este momento está en el 6 %, con lo cual yo creo que presupuesto no falta. Pero no se invierte en recursos humanos”.

(*) Carolina Buteler es una de las tantas profesionales que se entusiasmaron con el Proyecto y que decidió realizar su tesis a partir de esta experiencia.


(Año 2011).